Pintar es una de las actividades más absorbentes que practico, y más viscerales. En mi caso es, utilizando terminología médica, una enfermedad crónica que evoluciona a brotes.
Aunque siempre me he considerado básicamente un montañero, hoy en día las nuevas formas de acercarse a la montaña me han obligado a someter a revisión esta consideración. Digamos, en todo caso, que soy un montañero chapado a la antigua, por mucho que corra carreras de montaña o haga escalada deportiva. El montañismo que aprendí siendo adolescente, cuando hacía piras del instituto para escaparme a escalar en Santa Bárbara con los Gorrotxas o descubría boquiabierto lirios pirenáicos junto al lago de Aubert en compañía de Tito (que tenía la barbaridad de cuarenta años o algo así) era un montañismo con una doble vertiente, activa y contemplativa. Aquel montañismo implicaba una aproximación a la naturaleza como búsqueda intelectual, donde la comprensión del medio natural y su disfrute estético igualaban el valor del ejercicio deportivo. Aunque es un concepto de montañismo que perdura todavía, no es el que mola. Creo que en el montañismo de hoy la vertiente activa es mucho más prominente, se busca la marca, el valor de la hazaña deportiva, la adrenalina, la diversión. En muchos aspectos hemos convertido la montaña en un parque de atracciones.
Dentro de esa vertiente contemplativa pintar ha sido una actividad muy placentera para mí. No sé por qué (aunque tengo mis sospechas), es algo que he hecho siempre de forma muy desordenada, he pasado periodos en los que me obsesionaba pintando sin parar, para dejarlo luego sin razón aparente. Hace como cuatro o cinco años que no toco un pincel, pero estoy seguro de que volveré.
He incluido en el menú de viejaszapatillas.com una “Galería” con algunas de mis pinturas de montañas. Si os molestáis en mirar esos pequeños paisajes, no seáis muy severos a la hora de juzgar su ejecución, han sido pintados por alguien sin formación, equipado únicamente con la herramienta de una mirada apasionada.
¡Hola!
Contemplar tus pinturas, será un buen complemento a leer tus historias…seguro que también nos cuentas algo a través de las imágenes.