Montée de l’Aubisque. Contra Newton y otros 101

Hace un rato que me duelen las caderas, mi paso se ha reducido a un económico trote de supervivencia y mi cuerpo me pide a gritos que camine, como algunos de mis compañeros de viaje a los que adelanto. En estos casos hay una estrategia que me suele funcionar: pienso que si voy caminando tardaré más en llegar, prolongando el sufrimiento.

Llevo bastantes años corriendo, aunque no tantos como esquiando, ni tantos como yendo al monte. Mi padre me aficionó a la montaña cuando tenía siete años. Subir montes se convirtió en una pasión adolescente, caminando, esquiando, escalando, daba igual. Eso sí, nunca tuve una conciencia clara de que aquello fuera un “deporte”, de que requiriera un “entrenamiento” más allá de aprender una serie de técnicas para progresar en un medio a veces adverso. Fumar un cigarrillo en una cumbre o mirando las estrellas en un vivac formaba parte de la liturgia montañera de aquella época. Fue más tarde cuando llegué a la conclusión de que tenía que cuidarme un poco, dejar de fumar y entrenar algo para disfrutar de verdad de un deporte que cada vez me gustaba más, el esquí de fondo. Por eso empecé a correr.

En esa misma época conocí a Antxon, un amigo con el que hice la especialidad y con el que congenié rápido, nos entendíamos bien. Él era también montañero, pero de otro estilo: se cuidaba, entrenaba corriendo y se preocupaba de su prestación física, sin embargo, no era escalador. Compartimos unas cuantas salidas pirenáicas en las que yo le descubría el placer de trepar durante varios días encadenando tresmiles con nuestras pesadas mochilas, mientras él me dejaba sin resuello subiendo por las laderas hasta que las dificultades técnicas me daban un respiro. Antxon me animó también a correr y recuerdo que las primeras Behobias las corrí en su compañía, bueno, en su compañía hasta la salida.

Antxon en el Alpe D'Huez a finales de los ochenta.

Su verdadera afición era subir puertos corriendo. A finales de los ochenta y principios de los noventa subió todos los puertos emblemáticos del Pirineo corriendo y algunos de los de los Alpes. Mientras tanto yo me fui aficionando a correr, cada vez más pero, eso sí, siempre en llano. La primera carrera en subida que corrí fue la del puerto de Urkiola. Horrible. Fui con Antxon, salimos de Durango, yo en aquella época empezaba a correr rápido y fui dando zapatilla en el llano unos cuantos kilómetros. Antxon me seguía con dificultad y cara de sufrimiento. De pronto empezó la cuesta, ¡y qué cuesta! El asfalto se empinaba en las curvas en paredes casi insalvables para mí, Antxon a mi lado sonreía y me animaba ¡joder! Llegué arriba como pude, jurando que nunca más iba a correr en subida. Nunca más desafiaría las leyes de la gravedad.

Y aquí estoy, no sé cuántos años después, arrastrándome contra el postulado de Newton sobre un punto indefinido entre Gourette y las Crêtes Blanches, camino del Aubisque con las caderas doloridas. Conozco al dedillo la subida, la he hecho unas cuantas veces en bici y sé que después del hotel veré por fin la llegada allí arriba. Mi primer objetivo es terminar en condiciones, he hecho mis cálculos y teniendo en cuenta el recorrido y las referencias de tiempo de la gente otros años, mi objetivo es hacer la subida por debajo de las dos horas. Hasta ahora lo veía factible, los primeros diez kilómetros he subido muy bien, de menos a más. Me he emparejado antes de Eaux Bonnes con un veterano de mi edad y hemos subido juntos, no estaba muy seguro sobre si colaborábamos o íbamos al pique, a veces tiraba él, a veces yo, hasta que a un kilómetro de Gourette ha metido el turbo y ya no le he visto más: íbamos al pique.

Cuando alguien me adelanta le miro, un joven, vale, ése es invisible para mí. Aquí cada cual hace su carrera y yo soy veterano B. Josu hace rato que habrá llegado arriba, no importa, ese también es invisible. Eso sí, hay veteranos que se las traen, como Jean Claude Carrere, el triatleta de invierno, que ganará en mi categoría sacándome más de media hora. Bueno, éstos son fuera de serie, yo soy más bien de fabricación estándar, así que a lo mío.

Reservo un poco hasta el hotel, voy con uno de rojo que me hace la goma y llegamos al último avituallamiento. Veo claro que me voy a pasar de las dos horas pero un poco más adelante, cuando Josu me grita, no puedo evitar apretar el paso. El de rojo se queda atrás definitivamente y acompañado de los ánimos de Josu, que corre junto a mí y me saca alguna foto, el último kilómetro pasa rápido… y disfruto.

Dos horas y dos minutos, el 29 de 101 veteranos B, el año que viene volveré. Y bajaré de las dos horas.

Página web de la carrera. Nada menos que 24 ediciones y una participación de 537 corredores y 209 marchadores. Mi amigo Antxon participó por primera vez en la tercera edición.

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7 respuestas a Montée de l’Aubisque. Contra Newton y otros 101

  1. grantomasinT dijo:

    Felicidades Rafa! no se si por el puesto 29 o por el Blog, és un placer leer tus post.Que gran valor és la experiència i que interessante que resulta tu visión del mundo del deporte.
    Saludos cordiales!

  2. Muchas gracias Tomás, celebro que te guste el blog. Tengo un amigo montañero que es además un buen divulgador y fotógrafo, ha recibido muchos premios por sus artículos y es muy conocido a nivel local. Cuando la federación le premió por una actividad de esquí de montaña, me confesaba que era la primera vez que se sentía premiado por algo que lo mereciera.
    Yo también cambiaría la experiencia por talento. Pero bueno, cada uno debe disfrutar de lo que tiene ¿no?
    Un abrazo.

  3. inigo.txg dijo:

    Hi Rafa!!!
    Tomas tiene mucha razon, sin duda. Eres un «artista» escribiendo y tienes que tener en cuenta que eso llega a mucha gente. En lo competitivo/deportivo seguro que te gustaria llegar antes y por debajo de las 2 horas, pero eso es un placer personal. No seas egoista. Me consta por lo poco que te conozco que ante todo eres «deportista» y eso esta por encima de puestos… Si, si ya se que todos tenemos el punto competitivo!!!!
    Ondo izan.
    Iñigo.
    PD: Oso ondo etorri zaidak «El Correr Chi»ri egin diozun kritika. Berriz irakurtzen ari naiz eta zure komentarioak dirala eta mami gehiago aterako diotela iruditzen zait. Bestalde beste link eta bidelo interesgarriak ere aurkitu ditut interneten.

  4. Beñat dijo:

    Oso idatzi polita benetan Rafa. Zorionak egiten ari zarenetagatik bai Josuri eta baita zuri ere!
    Laister arte.

    Beñat Erkizia

  5. Iñigo, zure argazkien bitartez erakusten diguzuna emozioz betetako mundu aberats eta ikusgarri bat da ere eta «lauak errepidean» zure blogaren bitartez horretaz disfrutatzeko aukera izatea, plazer bat benetan. Kirolari dagokionez, ez det uste zuri ezer erakustekotan nagoenik. Azken finean nik egiten dudana (edo egiten saiatzen naizena) zera da: jende arruntaren esperientzi arrunten atzean dagoen edertasuna bilatu. ¡Ez dago Lance Amstrong izan beharrik kirolaz gozatzeko!

    Eskerrik asko Beñat, zure komentarioarengatik, nik Josuri zorionak baino gehiago eskerrak eman beharko nizkioeke, nigan jarritako konfiantza eta laguntasunarengatik. Ez uste, batzuetan ez da erraza izaten zuen eta gure artean dagoen adin tarte horren gainetik zubiak eraikitzea. Horregatik zuen konfiantza hori, altxor baliotsu bat bihurtzen da guretzat.

    Ondo izan biak.
    .rafa

  6. oscar beraza dijo:

    Rafa, muy buena la crónica. Me he topado con este blog cuando buscaba fotos de la carrera. Yo también he corrido este año con otro amigo (venimos de Zarautz), y los dos subimos justo por debajo de las 2 horas … a ver si el año que viene repetimos y mejoramos.

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