A veces las imágenes hablan por sí solas. Lo bonito de estas camisetas es ver su tamaño comparativo, que habla de la fidelidad de un niño que ha ido creciendo con un afecto inquebrantable hacia su ídolo. Afecto ganado desde la honestidad, el trabajo duro y la profesionalidad, además del talento.
A través de Joseba y sus contactos, conseguimos las dedicatorias. Lo más complicado fue hacer que Manu se desprendiera de las camisetas (la más pequeña cuelga de la pared de su habitación desde hace años) bajo el pretexto de que había que lavarlas y arreglar los descosidos.
Eskerrik asko Joseba, eskerrik asko Xabi.