¡Me encanta! A veces ocurre que los datos científicos o los acontecimientos, sin más, se ponen de nuestro lado. Beber agua cuando se tiene sed es, como el sexo, uno de los placeres sublimes, sin duda. Beber cuando no se tiene sed, beber agua se entiende, uno de los castigos más abyectos, también como el sexo. Uno de esos castigos esculpidos por mandato divino en las tablas de la ley como preceptos de la vida saludable, el de beber agua como posesos, está a punto de desvanecerse. ¡Ya era hora!
Hay como un ejército de salvación de voceros de las costumbres saludables que no pierden ocasión para recordarnos que hay que beber tantos litros de agua al día, que nos proponen estrategias para poder alcanzar esas cifras, en el trabajo, después de desayunar, a media noche, una botellita en el coche, otra al lado del sofá mientras ves la tele. Si sigue estos preceptos, uno se encuentra viviendo una vida paralela ¿usted que hace? yo, bebo agua… y, en los ratos libres, trabajo, atiendo a la familia, me relaciono… un momento, que voy a beber un trago, ¿decía usted?… ¡ah, sí!, también hago deporte y colecciono sellos… perdone… (glub, glub).
Claro que hay enfermedades que a uno le pueden obligar a llevar esa vida de esclavitud, o incluso a cosas peores. Pero estamos hablando de gente sana. No por casualidad, la evolución ha desarrollado y puesto a punto una serie de mecanismos de gran precisión encargados de mantener lo que se llama la homeostasis de nuestro organismo, ese estado de equilibrio interno necesario para funcionar. Uno de los más potentes es la sed, precisamente porque el agua es muy importante para nosotros, la mayor parte de nuestras funciones, por no decir todas, se llevan a cabo en un medio acuoso. Somos, sobre todo, agua.
Por mucho que los voceros de las costumbres saludables me hayan castigado con sus discursos, por mucho que los vendedores de agua embotellada quieran asociar la imagen de la salud, la belleza y la juventud, con una botella de plástico conteniendo el vital elemento, beber sin sed siempre me ha parecido una idiotez.
Idoia me ha pasado hoy un artículo del interesante blog de Rafa Bravo, un médico de familia madrileño y activo bloguero. En el artículo cuestiona la evidencia de las recomendaciones para beber sin sed. No dejéis de leerlo, por favor.
Pero, es que hay más, porque el artículo no habla solo de la salud en la población general. Habla también de la hidratación en el deporte y… ¿estáis preparados? Hay evidencia de que, dentro de unos márgenes, se rinde mejor con cierto grado de deshidratación, mejora del rendimiento, esto ya es especulativo, atribuible probablemente a la disminución de peso que supone.
Hace poco leía un artículo que hablaba de una tesis doctoral en la que se había estudiado el estado de hidratación de un cierto número de montañeros mientras practicaban su deporte. En todos se advertía un grado de deshidratación variable que, según la autora de la tesis, debía subsanarse o prevenirse mediante una serie de pautas de ingesta líquida durante la práctica deportiva. De sus recomendaciones se deduce que la cantidad de agua que el montañero debe transportar en una jornada larga (pongamos diez horas) en la que no tenga oportunidad de rellenar la cantimplora, es descabellada (casi diez litros en esa jornada de diez horas). En ese mismo artículo se nos hace una advertencia: El mecanismo de la sed se dispara cuando ya hay un 2% de pérdida del peso corporal por deshidratación. Y ahora viene lo bueno: uno de los estudios a los que hace referencia Rafa Bravo encontró que en la deshidratación inducida por el ejercicio de hasta el 2,3% del peso corporal, el rendimiento esta significativamente mejorado. ¿Casualidad?, probablemente no: homeostasis.
La semana pasada salí una mañana de Canfranc para subir a La Moleta y de allí, por todo el cresterío, fui hasta la Pala de Ip y volví a Canfranc por el valle de Ip. Me llevó exactamente seis horas con un miserable litro de agua en un día de bastante calor, mea culpa, pensaba que encontraría algún pequeño arroyo donde llenar la botella. No fue así. Llegué al coche echando espumarajos y la sed me acompañó desde la segunda hora de marcha.
Para mí hay dos conclusiones que se pueden sacar de todo esto: la primera y más importante, quizá la sed sirva realmente para lo que se inventó, quizá no sea un indicativo tan impreciso como la industria botellera y sus voceros del fitness guay nos quieren hacer creer. Y dos, seguramente un cierto grado de deshidratación (ese margen hasta que la sed nos advierte) no sea tan nefasto para nuestro rendimiento, no me atrevo a decir que sea beneficioso…
Rafa, pues yo el domingo pasado estuve en Mulleres y llevaba 1,5 litros de agua que me los fui puliendo en la subida de tres horas…, en la bajada al ultimo lago, primero saliendo de la cima, me deshidrate, como nunca me habia pasado, y llegue al coche totalmente acalambrado y jodido. Bueno yo no soy ningun experto…, pero mi conclusion fue que bebi poco…, no es una conclusion cientifica por supuesto…, pero casualidad me choca tu articulo justo la primera vez que sufro o que pienso que sufro deshidratacion!!!
Ondo izan. Iñigo.
Yo creo que no hay nada chocante, Iñigo. La deshidratación es una situación que limita enormemente nuestro rendimiento, incluso nuestra salud, y que puede llegar a tener consecuencias muy graves (golpe de calor), como comentábamos sobre la última Behobia en este mismo blog…
En lo que he intentado incidir con este post es en la cuantificación de la deshidratación. Hay dos partes claramente diferenciadas en las referencias del artículo de Rafa Bravo, una, referida a los hábitos de la población general y la pamema esa de que hay que beber no sé cuántos litros de agua al día. Creo que ahí no hay dudas. La otra se refiere al impacto de la deshidratación en el deporte y el hecho de que una grado moderado de deshidratación sea aceptablemente tolerado y que la sed sirva realmente como mecanismo de alarma. La autora de la tesis a la que hago referencia habla también de dos aspectos muy importantes, el nivel de hidratación antes y después de la actividad.
Seguro que tu pérdida hídrica el otro día fue bastante mayor que ese 2%, igual no estabas bien hidratado ya de salida y probablemente tenías sed ya mucho antes de que te viniera el bajón. El mecanismo de la sed tiene una parte consciente que a veces queda amortiguada porque nuestra atención está dirigida a otras tareas.
En el post, en ningún caso pretendo minimizar o tomarme a la ligera los riesgos de la deshidratación, solo aplicar una mirada escéptica a los datos.
Por cierto, ¡qué gran sitio el valle de Mulleres! Para mí tiene un valor especial, desde que se jubiló mi padre hacíamos todos los veranos una salida de varios días al Pirineo los dos, el último verano antes de su muerte estuvimos en el Valle de Aran, el Tuc de Mulleres fue el último pico que subimos juntos.
Ondo izan, eta eskerrik asko!
aquí en nuestro piso de estudiantes de IVEF estamos muy de acuerdo con todo lo que has expuesto, pero: ¿no es contradictorio afirmar lo de la industria botellera, y a continuación promocionar una marca de estas en la foto de debajo? ????? ja ja ja, chúpate esa!!!
oso ondo dago, segi horrela idazten, nosotros te seguimos!!
Peru, Mikel eta Josu Erki!
¡Ahí me habéis pillado! No sé, estoy pensando en devolver todo lo que me paga el sponsor y borrar la publicidad con photoshop…