Correr una carrera por alta montaña a lo largo de 166 km suena a proeza heroica al alcance solo de seres portentosos de leyenda o de semidioses mitológicos. Es algo que siempre me ha intrigado, porque luego, cuando conoces a estos ultracorredores, resultan gente de lo más normal. O lo parecen.
Hace unas semanas me di el gustazo de entrevistar a uno de estos fenómenos, Lluís Campdepadros, corredor del Vasco de Camping recién llegado de la UTMB. Estuve con él en Chamonix pocas horas antes de que comenzara la carrera, y nos despedimos con la promesa de quedar a la vuelta para hablar de su experiencia. La verdad es que, por mucho que él se empeñe en disimularlo, su naturaleza fuera de lo corriente o su voluntad inquebrantable o quizá ambas cosas, se dejan entrever tras su aparente normalidad, tras el tono casi intrascendente con el que va desgranando su historia de sufrimiento, de autosuperación, de empeño tras un objetivo.
Creo que además de su naturalidad a la hora de afrontar las dificultades y el sufrimiento, lo que más me impresionó fue su carácter metódico, que se refleja en sus gestos o en su forma de hablar, enérgica pero ordenada, tanto como en el orden minucioso con el que prepara su equipo para las carreras. Podéis ver la entrevista en cvckorrika.