Como los barcos anclados bajo el agua, las montañas se anclan en la profundidad del océano. El océano es la madre categórica de la que todo nace.
También las montañas tienen una biografía, nacen, se desarrollan, cambian, envejecen… y mueren.
El Pirineo nace en este rincón apacible del Cantábrico, cerca de mi casa. Un lugar en el que la frontera no es la que el devenir de la Historia de los humanos ha pintado con sus caprichos, la frontera es la que la vista percibe, entre la monotonía de la superficie llana y enorme del mar y el agreste relieve de los montes que brotan en el horizonte.
Rafa, no te va a quedar más remedio que hacer una exposición en el Club!!!
¡Ufff!
Hace tiempo se lo dije…. la comisaria está avisada, falta que le conquiste!!