El viernes pasado celebramos el 50 Aniversario de Errimaia. Este año hace cincuenta que un grupo de socios del Club Vasco de Camping con inquietudes literarias, además de las puramente deportivas, se lanzó a la aventura de publicar una revista de montaña. Aquellos primeros números de “Rimaya” pretendían acercar la alta montaña al público. Montaña y literatura han ido de la mano a lo largo de la historia de este deporte. A la necesidad de conocer o de hacer, seguía la necesidad de narrar lo descubierto o lo realizado. Hoy, quizá a través de otros medios como el vídeo, pero también a través de la literatura y de la fotografía, como antaño, seguimos buscando con afán la forma de satisfacer esa necesidad de comunicación. Este blog, y muchos otros como éste, son buena prueba de ello.

La revista del Club, hoy Errimaia, sigue gozando de muy buena salud y se ha convertido en una publicación de calidad, el equipo que elabora la revista une a su afición montañera el saber hacer necesario para ello pero, sobre todo, esa pasión por las cosas bien hechas que distingue lo bueno de lo excelente. El Club les ha premiado por ello: Rosa Eguren, Suso Ayestarán y Juancar Sanz recibieron el viernes el Eguzkilore, máximo galardón que otorga el Club a sus socios.

Txema Garay, el Presi, es un tipo peligroso por esa forma sutil que tiene de pedirte las cosas. Puede sugerirte que acarrees una roca de las del espigón de la Zurriola de forma que suene como si te estuviera pidiendo que te metas un guijarro en el bolsillo. Será eso, o que uno tiene dificultades para distinguir las rocas de los guijarros, que también puede ser. La cosa es que hace apenas dos meses me tanteó para ver si podía hacer un vídeo conmemorativo sobre el 50 Aniversario de Errimaia. Viendo la complejidad del asunto, el poco tiempo que quedaba, ¡lo quería para el 14 de junio!, mi falta de experiencia en una cosa así y mi poco tiempo libre en estas fechas, le di un par de vueltas al asunto antes de decirle que sí, que ¡por supuesto!

Decidimos hacer un vídeo que diera la palabra a los protagonistas de Errimaia a través de entrevistas. Sobre todo al equipo de redacción, pero no solo, también a directivos de épocas anteriores, a gente que colabora con sus artículos o a lectores; intentamos abarcar todas las perspectivas. Me gusta este formato de entrevistas, no es la primera vez que lo hago y siempre me enseña algo, todo el mundo tiene algo que transmitir, y no me refiero solo a la narración de unos hechos sino, sobre todo, a esos sentimientos que se escapan a través de una sonrisa, de un brillo en los ojos o de un arquear de cejas. ¡Me encanta tratar de ser cómplice de eso!

El viernes, tras la proyección en el Club, la gente me preguntaba sobre las horas de trabajo, sobre todo en el montaje. La verdad es que han sido muchas noches. He utilizado cámaras que no conocía y un programa de edición con el que no estaba familiarizado, por no decir que carezco de la más mínima formación, pero la tarea ha sido también un reto y un juego de descubrimiento. Hay cosas que no me gusta cómo han quedado, pero bueno, en general estoy contento con el resultado final.

Pero sobre todo, como digo, ha sido una magnífica experiencia a nivel humano conocer Errimaia y, por consiguiente, el Club, a través de la mirada de esta veintena de protagonistas. El afecto y la gratitud de todos ellos, sin excepción, por Errimaia, creo que es el mejor premio a los desvelos de quienes hacéis posible la revista hoy o la habéis hecho a lo largo de su historia. Muchas gracias, Rosa, Suso, Juancar, a vosotros y a quienes os precedieron. ¡Comparto plenamente vuestro optimismo sobre el futuro de nuestra revista!