Palabras que no sirven

amEra un paisaje extraño, un lugar en el que las palabras, como árboles muertos, poblaban un lenguaje de silencios.
Era un paisaje raro, donde los árboles no daban frutos, donde las hojas verdes eran recuerdos de una leyenda antigua.

Sin embargo, los habitantes de aquel país abrazaban sus árboles muertos, buscaban cobijo bajo su pobre sombra.
Veneraban y cuidaban aquellos cadáveres escuálidos como si su fronda fuera a brotar generosa cada primavera.

Aquel silencio fue tejiendo una maraña de palabras no dichas, enredándose como el muérdago y la yedra.
Aquel silencio fue un día más fuerte que las palabras y fue atrapando en su red a los habitantes de aquel país extraño.

Una tarde tórrida de agosto, tormentosa,
una chispa prendió la yesca de aquellos troncos extenuados,
de aquellas palabras resecas.

Ardió todo con la virulencia del fuego más devastador:
hombres, mujeres, niños, ancianos,
ardieron todos aferrados a sus amados árboles.

Sus gritos vagan, todavía hoy,
en el ulular del viento
que levanta remolinos de ceniza en el lugar.

Solo hace falta sentarse y escuchar en silencio:
como las aguas de un torrente infatigable,
oirás fluir las palabras no dichas.

Aquellas que ya no sirven.

R. G.

(Esta especie de poema es un pequeño experimento sobre el poder evocador de la imagen: yo hice la foto, la retoqué y se la enseñé a un amigo con la propuesta de que escribiera un texto inspirado por ella, lo hizo en veinte minutos, éste es el resultado después de un par de correcciones menores, yo lo hubiese titulado «Sobre el odio y la guerra», pero a él no le gustó. Hubiese sido bonito que un tercero le hubiese puesto el título).

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Una respuesta a Palabras que no sirven

  1. marilis dijo:

    Rafa…me estremecen tanto la imagen como el poema, me deja una congoja seca en la garganta y sin embargo mis pupilas se pegan a la imagen y releen mil veces las palabras…Buen fotógrafo y buen poeta, al menos para mí, en tanto y en cuánto son capaces de despertar emociones, porque se trata de crear, ¿no?. Y no tengo título, solo, ya digo, una especie de congoja seca anidada en la garganta.
    Por cierto, sigue con este tipo de experimentos…

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