Ayer tuve la oportunidad de ver, dentro de la sección “Savage Cinema” del festival de Cine de San Sebastián, la película “Valley Uprising”, de los directores Nick Rosen y Peter Mortimer, que cuenta la historia de la escalada en Yosemite.
Un interesantísimo y entretenido documental que va desgranando la historia de la escalada en aquellas paredes y retratando la forma de vida, las rivalidades y las aportaciones de las distintas generaciones de escaladores que, desde los años cincuenta hasta hoy, han ido recalando por el valle californiano, meca de la escalada mundial.
El documental, además de recurrir a entrevistas con supervivientes de distintas épocas como Robbins, Bridwell, Hill, Chouinard o con escaladores actuales, echa mano de cantidad de documentos de ascensiones históricas de todas las épocas para contarnos de manera emotiva, a veces cómica y siempre espectacular (no puede ser de otro modo en aquellas paredes) la evolución de una mentalidad que revolucionó el concepto de la escalada y abrió las puertas de la modernidad en ese ámbito.
En la presentación previa, los directores nos contaron que les ha llevado siete años la realización. Teniendo en cuenta el escaso metraje filmado expresamente para la ocasión (la mayor parte de la cinta está montada con documentos que ya existían, muchos de ellos familiares para el espectador), eso da idea del trabajo ingente de postproducción. No conozco la técnica, pero me imagino que la recreación en 3D de las viejas fotografías en blanco y negro y los efectos, deben suponer un trabajo de chinos: vista la cantidad de material de esas características que reúne la película, da para pensar que la mayor parte de esos siete años los hayan pasado delante del ordenador.
Sin embargo, la minuciosidad en el trabajo documental o el virtuosismo tecnológico, de nada sirven si no se sabe contar una historia. Para mí, lo mejor de Valley Uprising es, precisamente, el ritmo narrativo, que nos mantiene encandilados durante la hora y media de película.
Creo que no es casualidad que los dos largometrajes de montaña que más me han gustado en los últimos años (y con diferencia), sean documentales históricos, éste y la biografía de Messner el año pasado en Mendifilm. Detesto la moda de contar en hora y media lo que puedes contar en cuarenta minutos. El afán de las películas de montaña por colarse en los circuitos comerciales de distribución, empuja a los realizadores a contar historias demasiado largas, Cerro Torre, por ejemplo, es una película llena de magníficas secuencias echada a perder por su incapacidad de sintetizar. En Valley Uprising cada minuto está justificado, cada fotograma tiene su razón de ser.
Mi única objeción es, sencillamente, que es demasiado “americana”, uno podría salir del cine convencido de que la escalada en roca se había inventado en Yosemite en los cincuenta, si no estuviera advertido de que Comici ya había escalado la Norte de la Cima Grande a principios de los años treinta, por poner solo un ejemplo de envergadura. En un momento de la película nos cuentan que el Half Dome es la montaña más retratada del mundo (imagino que nadie habrá oído hablar del Cervino). Pero bueno, estos pequeños detalles y ese tono épico un punto pasado de rosca, le dan incluso un valor añadido a la película y armonizan perfectamente con el aire deliberadamente desenfadado de la narración.
En diciembre volverá a Euskadi dentro del Bilbao Mendi Film Festival, no dejéis de verla, ¡merece la pena!