Después de treinta años corriendo me tenía que tocar vivir una carrera desde el otro lado de la barrera. Soy de los que no se quejan demasiado de los organizadores, aunque agradezco y sé distinguir, por supuesto, las cosas bien hechas. Cuando una carrera no me gusta, simplemente no vuelvo… y punto.
Desde hace unos años el Club Vasco de Camping organiza una marcha a pie al Cross Internacional… de San Sebastián. ¡Perdón!, casi me sale Lasarte, que era como le llamábamos cuando, de niños, íbamos en familia caminando desde Hernani con un bocata kilométrico en la mochila a pasar la mañana viendo a las grandes figuras del cross mundial batirse con nuestros Fernando Aguilar, Mariano Haro o Jose Miguel Maiz y admirábamos boquiabiertos la elegante zancada de Mamo Wolde. En aquella época el Hipódromo solía estar abarrotado y el medio por el que se acercaba hasta allí la mayor parte del público era caminando desde los pueblos de alrededor. Tratar de recuperar este hábito fue una propuesta de la Federación Atlética Gipuzkoana que el Club asumió con entusiasmo.
Este año la FAG vino con una nueva propuesta: para dar otra vuelta de tuerca, Jesús Ausejo e Imanol Aranburu, ambos directivos de la Federación y socios del Club, nos invitaron a organizar una carrera popular que, por el mismo recorrido que la marcha, terminara sobre el césped embarrado del Hipódromo, frente a la tribuna principal.
Los intentos previos de acercar al corredor popular al Cross Internacional no habían tenido éxito: el exigente circuito, las zapatillas de clavos y, probablemente, el “miedo escénico” de competir junto a la élite y frente al público en un recinto cerrado, impidieron que la cosa cuajara. La propuesta federativa viene de ahí, intentar acercar a más gente a una carrera que, aunque es un icono de la historia del atletismo, ha perdido punch durante las últimas décadas. La Federación está implicada en la tarea, trayendo a corredores jóvenes a participar en la prueba desde todos los rincones y organizando actividades paralelas.
Desde la directiva del Club trasladamos la propuesta a la sección de carreras de montaña, cvckorrika, que compartió nuestra ilusión por colaborar una vez más con el Cross y nos pusimos manos a la obra.
Sin mucho tiempo, porque finalmente la propuesta se materializó tarde y con prisas, fuimos organizando todos los detalles de la prueba. Nuestras expectativas de participación, puestas en plan optimista en 150 corredores, se cumplieron con los 135 inscritos, de los cuales finalmente salieron (y llegaron) 128. Con 39 voluntarios que tuvieron que multiplicarse en sus tareas, cubrimos el evento sin incidentes, aunque con un cierto estrés (que hubiésemos evitado con una decena más de voluntarios).
Creo que la gente terminó satisfecha, para nosotros era lo más importante, sin duda. Hay muchos aspectos que debemos mejorar, primero para que la organización y la seguridad de la prueba no dependan tanto de la buena coordinación de los voluntarios que se tenían que trasladar de un punto a otro, en segundo lugar para que los participantes se sientan bien acogidos y tengan su parcela de protagonismo junto a un evento de la magnitud del Cross y en tercer lugar, para cumplir con el objetivo propuesto de llevar el mayor número de participantes y a la vez espectadores al Cross de San Sebastián.
La carrera, de doce kilómetros, no deja de tener su atractivo, sobre asfalto y llana en su mayor parte, tiene tres obstáculos que le dan carácter: la subida a Aritzeta, un kilómetro duro y muy embarrado este año; la bajada a Zubieta, que puede hacerse dura muscularmente cuando se corre a tope y los trescientos metros de recta final sobre el Hipódromo, que nos harán sentir realmente lo que es correr en ese circuito (si pensamos que los ganadores de la carrera senior lo hacen a tres minutos el kilómetro, esos trescientos metros nos harán calibrar en su justa medida la proeza).
Solo cabe agradecer a los 39 voluntarios el trabajo realizado, coordinados por Peio Fadrique, que ha pensado y supervisado meticulosamente toda la estrategia hasta el más mínimo detalle partiendo desde cero y un agradecimiento especial a Lander Fraile, también por su dedicación “especial” y a Gabriel Beldarrain por la favorable acogida de la carrera en su blog y porque nos acompañó el día de Nochebuena a inspeccionar el recorrido y el día de la carrera como participante y, claro, el agradecimiento a los 128 corredores.
El año que viene repetiremos ¡e intentaremos hacerlo mejor!
Podéis ver aquí las clasificaciones de la prueba y aquí algunas fotos.
Rafa
Participé en la carrera y, además del dolor de piernas, me traje un recuerdo muy bueno de la prueba. Buen ambiente en la salida con muchas caras conocidas y un emotivo homenaje. Un recorrido diferente, con un poco de todo y con un mucho «de rompedor». Ningún problema a lo largo del recorrido, con unos voluntarios entregados en su cometido y en animar al paso de los corredores. Muy buen ambiente en la llegada con el cross, un fotógrafo de lujo al que me quedé sin saludar, el pintxo, el caldo, los saludos, las risas… en definitiva, un gran día.
Creo que habéis superado vuestro objetivo con creces. Zorionak
Miguel
Muchas gracias por tu comentario, Miguel, ¡a ver si un día de estos nos conocemos personlamente!