El próximo sábado 20 de junio celebramos la entrega de premios de CVCEPHOTO, el nuevo concurso fotográfico del Club Vasco de Camping, de carácter internacional y con temática única: “Actividad en la montaña”.
La ceremonia, que supondrá la puesta de largo de este evento, pretende ser un punto de partida para un viaje apasionante, un viaje sin destino en el que, como en el viaje a Ítaca, la experiencia y el conocimiento son el motivo. Un viaje “arribando a puertos nunca antes vistos, adquiriendo mercancías preciosas, nácares y corales, ámbar y ébano y aprendiendo, aprendiendo de los instruidos, sin apresurar el viaje en absoluto, procurando que dure muchos años”, como nos aconseja el poeta…
El Club Vasco de Camping lleva muchos años organizando sus concursos fotográficos. En este periodo de tiempo han pasado por nuestras pantallas de proyección y las páginas centrales de Errimaia los trabajos de los mejores fotógrafos de montaña y naturaleza de nuestro entorno y el concurso consiguió hacerse su hueco en las agendas de muchos buenos fotógrafos del País Vasco, consolidando con el tiempo una participación de buen nivel.
Cuando hace unos años nos pusimos manos a la obra para actualizar la página web del Club y adaptarla a los recursos de la época, la tarea me tocó de cerca y al ponerme a buscar archivos fotográficos para ilustrarla, me di cuenta de que la casi totalidad de las imágenes de calidad de las que podía disponer eran imágenes de naturaleza, de paisaje, flora, fauna, pero apenas había fotos, incluidas las de los concursos, de actividades que los socios de un club como el nuestro se supone que practican cuando van al monte, faltaba la “actividad en la montaña”. Por aquella época realizábamos un concurso anual de temática general “Montaña y Naturaleza” y otro de temática específica tipo “Agua”, “Nubes”, “Bosques”… Propuse a la directiva celebrar la siguiente edición bajo el tema “Acción en la montaña”, (entre nosotros: estaba un poco hasta el moño de tanto rollo poético-bucólico, pero bueno, no se lo digáis a nadie). Se aceptó la propuesta.
Como yo no estaba en el jurado, decidí presentar cinco fotos (creo que eran cinco) a nuestro concurso, sin decírselo a nadie. Todas ellas de carreras de montaña, que era una sección que estábamos impulsando en esa época. Ganar, no iba a ganar nada, pero en la proyección de la entrega de premios, al menos se verían fotos de esta actividad pujante. Bueno, pues resulta que me equivocaba: gané el tercer premio con una foto del 2KV de Collarada. Acusaciones de pucherazo aparte, he de reconocer que me hizo mucha ilusión y que me sorprendió también. Aquel concurso lo ganó un tal Xabi Mata.
Coincidencias. Al cabo de unos años Xabi Mata, que es un reputado fotógrafo con un brillante historial de premios en concursos, se acerca a la directiva del Club con la propuesta concreta y detallada para realizar un concurso internacional de fotografía de “Actividad en la montaña”.
Para entonces yo llevaba tiempo dando la brasa con los concursos, había una cuestión muy simple, de economía doméstica (nada que ver con la fotografía), que a mí me chirriaba: ¿Por qué dividir nuestros recursos económicos dedicados a los concursos en dos ediciones anuales, en lugar de poner todo a una sola baza? A estas alturas de la vida ya me he dado cuenta de que una de las cosas que más interesa a los potenciales ganadores de “loqueseaqueorganices” es la pasta. Además, una de las quejas recurrentes en nuestros concursos era la de los socios, que decían no participar porque el nivel era muy alto. Bien, mi propuesta: un concurso con premios en metálico más altos, abierto a todo el mundo y otro sin premios económicos, “por amor al arte”, solo para socios.
La cosa estaba ahí, la idea bullía en la cazuela pero no rompía a hervir, se ponían mil pegas… “para qué cambiar lo que ya funciona”, “el riesgo de que luego no se presenten los socios”, etc, etc…
Y en éstas llega Xabi Mata con su idea de un concurso de “abarcar poco para apretar mucho”: ámbito internacional y tema restringido, actividad en la montaña. A mí me sonó a música celestial. Además, Xabi venía con un protocolo, una “hoja de ruta” de esas que dicen los políticos, muy elaborada. Solo había que decir que sí y ponerse a trabajar. Y nos pusimos.
El próximo sábado arranca públicamente el concurso y parece que debería estar un poco nervioso. Sin embargo, no lo estoy en absoluto (más allá de que tengo que presentar la ceremonia y puede que tartamudee, me confunda en el guión, pase la diapositiva equivocada, me tropiece y esas cosas menores…) No lo estoy porque las fotos finalistas son muy buenas. Son tan buenas (os lo digo porque las he visto) que ahora mismo deberíais dejar de leer esto y llamar al Club para reservar un lugar en la ceremonia, a nada que la suma “montaña+fotografía” os diga algo.
Yo los nervios los pasé hace unos meses, cuando como resultado de esta aventura en la que el Club se ha implicado tanto como para desmantelar un concurso fotográfico que funcionaba estupendamente y atraía a gente interesante, convocamos la primera edición solo para socios de nuestro “Memorial José Alonso Labra”. Pasé mis nervios hasta que, con la sala a oscuras, vi la calidad y cantidad de las fotos presentadas a aquel concurso de andar por casa: salvamos los muebles con muy buena, buenísima nota.
Como digo, el Club se juega mucho con esta nueva andadura, ha hecho un importante esfuerzo económico, ha quemado las naves de un concurso con trayectoria y, personalmente, algunos de sus directivos hemos puesto toda la carne en el asador para acompañar a Xabi Mata en la materialización del proyecto.
El sábado nos embarcamos en lo que puede ser un viaje bello y esperanzador… ¿el destino? lo de menos, el viaje es lo que importa:
Cuando te encuentres de camino a Ítaca,
desea que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al enojado Poseidón no temas,
tales en tu camino nunca encontrarás,
si mantienes tu pensamiento elevado, y selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo tienta.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca ante ti.
Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con qué alegría, con qué gozo
arribes a puertos nunca antes vistos,
detente en los emporios fenicios,
y adquiere mercancías preciosas,
nácares y corales, ámbar y ébano,
y perfumes sensuales de todo tipo,
cuántos más perfumes sensuales puedas,
ve a ciudades de Egipto, a muchas,
aprende y aprende de los instruidos.
Ten siempre en tu mente a Ítaca.
La llegada allí es tu destino.
Pero no apresures tu viaje en absoluto.
Mejor que dure muchos años,
y ya anciano recales en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que te dé riquezas Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene más que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó.
Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significan las Ítacas.
(Konstantino Kavafis)