«…y yo me quedé aquí, amarrado a las raíces,
a la madre magnética, a la tierra,
mintiéndome a mí mismo y volando
solo dentro de mí, solo y a oscuras…»
(P. Neruda)
Pájaros de colores pueblan el cielo sobre las montañas,
se deslizan dibujando círculos en el aire que les sostiene.
Apuran el momento deleitándose en su vuelo,
disfrutando de esa levedad que la materia niega.
Levedad conquistada con ingenio.
Se deslizan sostenidos por el aire y giran, giran, giran.
Un momento… ¿no serán las montañas las que giran?