Cuando esta mañana he ido a desayunar a la pastelería Mamelena, como siempre, y he subido las escaleras que me llevan al Pº de Aiete, lo he notado… hoy es el día. Todo estaba a favor: temperatura fresca (sin exagerar), seco y sin viento; además, mis piernas, cargadas estas últimas semanas, las notaba bien y sin dolores. Casi sentía ganas de echar a correr sin más (¡qué diferencia con la BSS de hace tres semanas!).
La verdad es que ha sido un buen augurio para enfrentarme a un primer maratón. Rondaban muchas dudas por mi cabeza sobre mi verdadera condición. Después de ocho años sin afrontar la distancia, el recuerdo borroso del mayor volumen de aquella época, las series más rápidas y las sensaciones olvidadas de esos, a veces “terroríficos”, últimos kilómetros, me hacían afrontar este nuevo debut con dudas, miedo y mucha prudencia. Le tengo mucho respeto al maratón…
Han sido ocho años en los que cada septiembre (excepto cuando tenía las rodillas mal) empezaba a preparar la Behobia con la ilusión de intensificar el entrenamiento para el maratón. Pero siempre era igual, podía correr tres días a la semana, pero en cuanto me empeñaba un poco más, tenía que parar. El tendón de Aquiles derecho ha sido el culpable. Después de probar el reposo, que no me ayudaba en nada, y la fisioterapia, que tampoco, Javier Barrera, médico rehabilitador además de maratoniano, me sugirió que probara los ejercicios excéntricos: Requieren mucha insistencia, me dijo, pero es lo único de lo que hay evidencia que funciona. Después de varios años con la lata del tendón, por falta de insistencia no iba a ser… Y así fue, cuatro meses después las molestias se habían reducido, un año más tarde corría e iba al monte sin demasiados problemas y hoy me he estrenado de nuevo en el maratón, veinticinco años después de mi primera primera vez.
Cogí un dorsal de “sub3h45m” con la ilusión de hacer 3h30m y la única estrategia de no adelantar, bajo ningún concepto, a la liebre de esa marca hasta el kilómetro 30, de ahí en adelante, la carrera manda. No ha hecho falta, he salido cuatro minutos más tarde que el pistoletazo y la liebre ni la he olido. Atento al crono, he clavado los tiempos hasta el kilómetro 30, con parciales por 5km de 24:54, 24:26, 24:58, 25:02, 25:07, 25:06. En el km30 y viendo que iba bien, he apretado un poco, 24:17 y en el km35 me he venido arriba definitivamente, 24:10. La verdad es que he gozado esos últimos kilómetros, con esas sensaciones (marcas aparte) que todos esperamos en nuestro maratón perfecto. He hecho el maratón más lento de los doce que he corrido en mi vida, 3:28:21, pero creo que ha sido el mejor… ¡paradojas del deporte! Primer ½ maratón en 1:44:21 y segundo en 1:44:00. Con la sensación, además, de no llegar sobrado. Seguro que mis dudas y la prudencia consiguiente, han ayudado. El exceso de confianza, sobre todo en esta distancia, siempre se paga.
Además, cuando he llegado a meta tenía a Manu esperándome, contento de haber bajado por primera vez de 40mins en una carrera de 10km. ¡Día perfecto y carga de motivación para seguir dándole!… para los dos.
Zoriona, Rafa, eta zorionak, Manu. Bikain aritu zarete!