
Acebo y haya bajo el Adarra, 1985
Dada la falta de nieve, hoy he comenzado el año siguiendo la costumbre local montañera: subir al Adarra. Un acto social en el que, a lo largo del camino, vamos saludando a tantos amigos y conocidos.
He salido sin madrugar mucho, después de citarme con Joseba junto al menhir de Eteneta a las 11:30h. Me ha sobrado tiempo y tras llegar arriba a las 11:00h, charlando con unos y otros, he podido ir hasta el Onddo, en cuya cima he disfrutado de la soledad habitual en estos lugares. Abrazo puntual con mi amigo, que ha subido en bici, para bajar flanqueando la vertiente SO del Adarra por un sendero que me encanta y en el que hay un rincón muy especial para mí: en un punto, el camino cruza entre un acebo y un haya que dibujé hace treinta años.
No soy dado a colgar cuadros en mi casa y menos los pintados por mí, que terminan invariablemente por aburrirme. Pero hay unos pocos elegidos que, por distintos motivos personales, gozan de ese privilegio, uno de ellos es este dibujo de un haya y un acebo, que cuelga en el comedor. Lo dibujé a lápiz del natural, para repasarlo luego con rotring y darle algo de volumen con una aguada suave de tinta. Está fechado en 1985 y cuelga de la pared desde el 88 más o menos. Después de treinta años los dos árboles siguen ahí, con el mismo aspecto saludable y rotundo. El haya ha crecido bastante, no así el acebo, que es una especie de crecimiento mucho más lento.

El acebo y el haya, hoy
Hoy los he mirado y he sentido un impulso: he hecho algo que tengo entendido que algunos místicos hacen, los he abrazado… primero a uno y luego al otro. No esperaba que me transmitieran ninguna energía misteriosa ni que me hicieran sentir mejor ni sanarme de mis males, simplemente los he saludado como a dos viejos amigos. Los he abrazado igual que he abrazado a Joseba junto al menhir de Eteneta, un abrazo cargado de buenos deseos y a la vez de agradecimiento, donde el nuevo año es simplemente la excusa…

Con Joseba en Eteneta

Con Koldo y Virginia en el Adarra

Con Filomena en el Onddo
Urtea hasteko goiz zoragarria. Ez dakit gorostiaren eta pagoaren besarkadak energiarik edo beste ezer transmititu al zizuten zuri, baina zureak niri bai, hain leku berezian bizipoz puska bat berritzea sentitu nuen besarkadan. Segi ondo!
Ah!… Elixabetek Filomena bezalako bat nahi du;-)
Momentu polita izan zen benetan!
Esaiozu Elixabeteri horrelakoak ba daudela, bere zain, txakur jasotakoen egoitzan! Filo bezalaxe gure zain…