El sábado pasado corrí la Subida a Guadalupe. Decisión de última hora. Por la mañana, escalando con Andoni en Santa Bárbara me sentía animado y pese al calor y ya que tenía que acompañar a Manu, me inscribí justo antes de la carrera. Tuve que pagar 16 euros.
No me preocupa demasiado, pero creo que el precio es excesivo. Para mí, que corro cinco carreras al año, no es un problema, pero entiendo que haya gente a la que ese precio le retraiga. No sé cómo se puede justificar en una prueba con unos gastos organizativos pequeños como la Subida a Guadalupe. Entiendo que a todo organizador le guste saber con antelación los participantes que va a tener, pero eso no justifica que la inscripción online sea de 10€ y la presencial el día de la prueba de 16€. Si me van a hablar de la camiseta y tal, por mí, se la pueden quedar. De hecho, ni Manu ni yo la recogimos, estoy harto de camisetas y de la bolsa del corredor ni os cuento. Después de media hora de esfuerzo no necesito absolutamente nada, me voy a casa y me saco la manzana del frigorífico. Creo además que, dada la proliferación enorme de carreras que hay últimamente, la inscripción de última hora no debería estar tan penalizada, entre otras cosas, en beneficio de la propia carrera. Hasta hace no mucho en la Subida a Guadalupe hacíamos todas las inscripciones al momento.
Por lo demás la carrera fue bien, tras arrepentirme a cada paso mientras calentaba bajo el calorazo, resulta que no sufrí demasiado. Subí tranquilo, apretando lo justo tras salir en la última fila y con el plus que da ir adelantando a gente. Al final nos juntamos tres viejillos, ya vi la que se avecinaba, pero lo que no esperaba eran codazos (literal) para cerrarme en la pronunciada curva de la cantina antes de meta. Ahí me “rajé” y les dejé a los otros que pelearan el puesto.

Mi histórico de Guadalupes
Con esta son diecisiete mis Subidas a Guadalupe (creo que tengo todas apuntadas). Aunque es una prueba que nunca me ha ido bien (demasiado corta y demasiada cuesta para mí), le tengo mucho cariño. Porque he entrenado mucho por ahí y por las pistas de Jaizkibel y del Faro y porque durante años ha supuesto el pistoletazo de salida de cara al entrenamiento para las pruebas de otoño (BSS y Maratón). Este año, después de un verano de bastante monte y poca zapatilla, empiezo el cambio de chip en Guadalupe. Solo espero que el otoño sea igual de benigno que el del 2015 y permita entrenar en manga corta. ¡Ah! Y que siga dejando escalar como el año pasado, que hacía la Gokyo de corto la víspera de Nochevieja con Juancar Sanz y Txema Garay…

Apretando en los últimos metros (1991)
En cuanto a la marca, pues bueno, casi veintiséis minutos… ¡Uff, qué barbaridad! Pero mejor que quedarse en casa, ¿no? Manu se estrenó en esta prueba en la que, por una u otra razón, no había podido participar hasta ahora. Subió en veintidós minutos (21:57). Una buena tarde que completamos en familia con una hamburguesa en el Ortzadar de Hondarribia, como todos los años. Esta vez han fallado en la carrera, Josu con catarro y Chegüi con el Aquiles fastidiado, eso sí, los dos pasaron por el Ortzadar.