
fuente: Landarlan
Lleva ya varias semanas en la calle la polémica sobre el proyecto de construcción (ya iniciado en su primera fase) de una red de pistas en Aralar que darían servicio a los pastores y ganaderos de la zona, facilitando el acceso a sus bordas y pastos.
Desde varias fuentes nos ha llegado al Club Vasco de Camping la invitación a posicionarnos al respecto, en todos los casos desde una postura contraria a la construcción de dichas pistas y se nos ha invitado a participar en alguna iniciativa en ese sentido.
Lo que sigue a partir de aquí es una opinión personal, basada en lo que he podido leer estos días y nada tiene que ver con el criterio del Club a cuya directiva pertenezco. Mi posición es absolutamente clara: no estoy de acuerdo con los argumentos de las protestas.
Me cuesta mucho menos compartir el planteamiento que hace aquí Iker Karrera, de la asociación Tolomendi.
De los perjuicios a los que se refieren sus detractores, creo que solo he podido entresacar dos argumentos consistentes más allá de este vídeo sentimental: uno subjetivo, el de la destrucción del paisaje; el otro exagerado, el de la destrucción irreversible del suelo.
Respecto al primer argumento, lo entiendo y lo comparto, una pista es antiestética, sin duda. Como montañero y amante de los espacios naturales, prefiero los lugares inalterados. Sin embargo, el de Aralar no es en absoluto un paisaje inalterado, todo lo contrario, es un paisaje intervenido, dibujado por el ser humano en sus prácticas de pastoreo y de explotación ganadera y forestal durante muchos siglos. Las propias bordas de los pastores, las grandes extensiones de pasto en terrenos deforestados o los caminos utilizados desde siempre son cicatrices dejadas por la explotación del medio natural.
Respecto a la argumentación de Joxan Auzmendi en este escrito, creo que exagera (respecto a la extensión de la superficie dañada) cuando se refiere al efecto destructor de suelo del propio camino y, sobre todo, no puedo compartir ese argumento que parece abogar por la eliminación de la explotación de los pastos para permitir el desarrollo progresivo de una vegetación que conduzca a la formación de un bosque climácico, “natural”, sobre los ahora extensos prados. La argumentación será técnicamente correcta, pero entonces estaríamos hablando de la supresión del pastoreo y la ganadería.
Creo que la discusión aquí va más allá que “pistas sí, pistas no”. Creo que se refiere al modelo de Parque Natural que queremos en Aralar y al interés social en la pervivencia o no de un modelo tradicional de explotación del medio de montaña.
El Parque Natural de Aralar no es Yellowstone, ni siquiera es Ordesa, es un lugar humanizado y se supone que bajo la tutela de esa figura protectora están también los usos y costumbres tradicionales, la explotación de sus recursos. Creo que el parque Natural debe proteger, tanto al paisaje como a sus pastores, buscando un justo equilibrio.
En la argumentación que hace aquí Aloña Jauregi, de Landarlan, utiliza el recurso a los números para oponerse a la construcción de las pistas: en mil novecientos y pico había tantos pastores, en dos mil y pico la mitad, hoy un veinte por ciento menos y la mayoría a punto de jubilarse… pretende con ello justificar que la obra es un derroche de inversión. Es posible que tenga razón y, pese a todos los esfuerzos, el pastoreo en Aralar deje de ser atractivo como medio de vida y desaparezca, en los pastos rebrote la maleza y luego los pequeños brotes de haya y de acebo y que las generaciones futuras vean un bosque que se extienda por Unaga trepando por las laderas de Irumugarrieta o de Aldaon, como en la vecina sierra de Urbasa. Llamadme lo que queráis, pero yo prefiero seguir viendo rebaños de ovejas latxas y pastores jóvenes como Josu Oiartzabal.
No nos engañemos, la gente joven no quiere esa vida dura e ingrata del pastor, allí arriba. Ni creo que nosotros estemos autorizados a exigírsela. Si no se dignifican las condiciones de vida de los pastores, con un mínimo de adaptación a los tiempos actuales, desaparecerán. Ellos y, seguramente lo que a algunos les joderá más, el queso de Aralar.
El gran problema de las pistas no es su presencia, sino el uso que se haga de ellas. Creo que hoy en día existen los recursos, la figura legal y la sensibilidad por parte de todas las partes implicadas, para que no ocurra como hace treinta años, cuando la pista de Guardetxe a Pagomari suponía automáticamente la presencia de medio centenar de coches aparcados allí los domingos.
A mí, como montañero, no me gustan, pero aceptaré que se hagan esas pistas de uso restringido si sirven para mantener parte de nuestro patrimonio humano y cultural. Si a pesar de todo no lo conseguimos, vendrá el bosque y se lo comerá todo. Tendremos entonces ocasión de disfrutar de un bello paisaje del que las generaciones precedentes no han podido disfrutar desde hace varios miles de años. ¡Suerte!
Aranzadi y las pistas de Aralar.
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Escribes desde un desconocimiento profundo de lo que es la ganadería, de lo que es su economía, no sabes nada de los mas del 50% de falsos pastores que aprovechan para su hoby los pastos, … Hace solo 200 años habia muchísimo más bosque, la humanización industrial del monte se da en las últimas décadas, abonados químicos, bañeras de químicos para prevenir la enfermedad de los cascos, pistas para vehículos,… Ni somos Yelowstone ni lo seremos, a este paso Aralar será una enorme granja industrial. El pobrecito del pastor y sus quesos es uno de los sectores más subencionados, solo en Aralar ya se han invertido, perdón, gastado, más 2 millones de euros, además se subencionan las vacas, las ovejas, las yeguas, las chabolas, sus placas solares, los innumerables concursos y exposiciones de queso,… Todo para un sector inviable sin subenciones, pan para hoy y hambre para mañana. Pero no te culpo de tu falta de conocimiento en esta parte socio-económica, pero me parece grave tu falta de sensibilidad medioambiental. Y confundes gravemente patrimonio socio cultural con patrimonio monetario de unos pocos. Aralar no debiera de ser patrimonio de 15 pueblos, es como toda naturaleza patrimonio universal. Y a pesar de todo estoy convencido de que los verdaderos pastores que tienen este trabajo como medio de vida y no como un capricho o hoby, y como son menos de la mitad los que por Aralar campan, tiene sitio sin problemas, sin los aficionados sobra espacio para ganado, bosques y montañeros.
O sea, quieres decir que lo que mi aitona Miguel hacía cuando, después de salir de la papelera de Zikuñaga, en Hernani, subía a Pozontarriko Lepoa a echar un vistazo a los betizus de su familia ¿era un hobby o un capricho? Vaya.
Estoy de acuerdo en que hacer una pista para que ese señor pueda atender a su rebaño en condiciones es una aberración. Que sinvergüenzas que viven de las sublevaciones!!! esto no tiene nombre.
Gracias a Dios estamos protegidos por esa industria que no está subvencionada. No esa, no. O si no que se lo pregunten a CIE, Arcelor, Gestamp, CAF…que hay siguen aguantando el tipo y manteniendo esos puestos de trabajo gracias a su tesón y esfuerzo. Si señor!
A ver si esos caseros tienen un poco más de sensibilidad con nuestros paisajes, como han hecho con ese desmonte del carajo para hacer casas de protección o promoción del siempre conocido promotor. O esa repetidora de telefonía gracias a la podemos compartir por whatsapp las fotos que sacamos en la punta de Aitzgorri en el mismo momento que hacemos cima. Eso también es muy necesario, además, los pájaros ahora tienen donde posarse. O esos parques eólicos por medio de los cuales se obtiene energía verde!!! pero no han hecho pistas para hacer su instalación. No no, esas las han subido en mulas!! mira que modelo tan sostenible!
Dejémonos de hipocresía y si queremos que la A8 sea gratis para llegar antes al trabajo, creo que los pastores también tienen el derecho de dignificar su medio de trabajo.
No quiero decir que podemos hacer cualquier cosa en Aralar, pero creo que tampoco es el objetivo de las pistas. Si de verdad tenemos respecto por la naturaleza, creo que los pastores de Aralar son buen ejemplo a seguir, y el resto tenemos bastantes sitios donde empezar a fijarnos, empezando por nuestras casas, pueblos y hábitos.
Para finalizar, de toda la gente experta que opina en las redes, me parece que ninguno sabe lo que cuidar y atender un rebaño de ovejas, vacas, caballos o lo que sea. Una persona no se va con 10 ovejas hasta Aralar por capricho. Es como decir que todos los que van al monte dejan todo el entorno sucio con sus basuras y no respetan ni árboles, ni ganado, ni las propias bordas ni nada de nada.
Que tendrá que ver la situción socio económica de tu abuelo con la de hoy en día, ¿se parecen en algo? Hablas de las betizus de tu abuelo, pues te aseguro que tu abuelo desconocía la raza betizu. La betizu es una raza con nula rentabilidad cárnica, a día de hoy bastaría con mantener su genética en nitrógeno para, dada la necesidad, recuperar sus valores rústicos a mezclar en razas demasiado artificiales. ¿Es comparable la economía de subsistencia del caserio de hace 50 años con el joven que elige ser pastor hoy en día. Vivo y he vivido siempre de la economía del ganado y estoy seguro que para la rentabilidad del pastor en general unas pistas de verano o no son el menor de sus problemas. Y si no tengo mis yeguas en Aralar es por conciencia mediambiental, para mi también son mi hoby ya que, cuando quieras te lo demuestro, las yeguas no son rentables, los terneros cubren gastos y poco más, lo mismo que las ovejas y «gracias» a las subenciones y ayudas directas e indirectas. En definitiva, sobra ganado en Aralar, ganado que no es tan siquiera rentable, y te repito que esto es 100% demostrable. Si no tenemos soluciones para un sector en plena decaida dentro de la propiedad privada, ¿tenemos que abusar de la propiedad pública de un Parque Natural ? Si tratamos así a un Parque Natural no quiero ni imaginar que haremos con el medio ambiente en manos privadas.
Parece ser que la carta de Aalborg, solo hay que contemplar los criterios ecologicos. Los de sostenibilidad económica para que? En fin, un exponente más del radicalismo al que está desembocando el mundo. Financiero, religioso, ecologico,……