Ayer participé de una experiencia única junto a un grupo de escaladores movilizados por el Club Vasco de Camping a través de Stig para hacer magia en la bocana del puerto de Pasajes. Inspirados en la foto de R. Bösch en el centenario de la primera ascensión al Cervino, la propuesta era iluminar con frontales la vía Gokyo al Faro de la Plata, que recorre la arista neta que, saliendo directamente del mar, llega hasta la misma cima donde se encuentra el Faro, cerrando la boca del puerto por el oeste.
La tarea no era fácil, requería la colocación de 300m de cuerda fija a lo largo de toda la vía más los accesos, para que 18 escaladores accedieran de forma escalonada a sus puestos a lo largo de todo el recorrido y permanecieran allí durante el tiempo necesario posando, algunos en posición no muy cómoda, mientras los fotógrafos aprovechábamos las luces crepusculares para buscar los contrastes más atractivos. Cada escalador marcaba su posición con una frontal, cubierta con un celofán rojo primero y luego con la lámpara desnuda. Después, noche cerrada, tenían que salir todos con seguridad de la vía y recoger todo el material.
Al igual que la idea, la logística corrió a cargo de Stig, que coordinó a los escaladores con el ímpetu y el buen humor de siempre. Los seis fotógrafos nos dispusimos en distintos puntos para componer la escena a nuestro gusto.
Podéis ver aquí el vídeo del making of, montado por Amu:
Todo funcionó según lo previsto. A partir de las 15:30 se empezó a fijar cuerda y a las 19:30 todos, escaladores y fotógrafos, empezamos a tomar posiciones. Para las 20.30, cuando se puso el sol, estaba todo preparado. A las 21:00 hicimos una primera prueba de encendido y el ajuste de las posiciones de algún escalador, para apagar de nuevo y esperar el momento.
Cuando a las 21:15 los escaladores encendieron sus luces, no me lo podía creer, fue un momento mágico, todas nuestras dudas sobre los posibles problemas de luminosidad desaparecieron y el silencioso espectáculo de luces, con el reflejo rosado sobre la superficie del mar, fue algo casi inesperado para mí, magia pura. Luego, solo hizo falta dejar pasar el tiempo durante la hora azul para ir disparando cada poco controlando todos los parámetros. Finalmente, hicimos un par de tomas tras quitar los filtros de las frontales.
He mirado los archivos y la primera prueba la tomé a las 20:55, la última foto a las 21:53. Eso significa que los escaladores estuvieron más de una hora de paciente espera, sin moverse del lugar. Fue una suerte que hiciera una noche templada.
Disfruté haciendo las fotos y estoy contento con el resultado, porque fue el esperado (había visitado dos veces el lugar, la primera de día y la segunda de noche, para planificar la foto), sin embargo, las fotos son, como ocurre generalmente en mi opinión, solo un pálido reflejo de lo vivido: la sensación de espacio, el rumor de las olas, la cara de sorpresa de los pocos paseantes no advertidos y la sensación de complicidad con todos los compañeros, hicieron que viviéramos una escenificación sorprendente, cercana a la magia. Espero poder repetir algo así en el futuro.
Quiso la casualidad que, además, celebráramos el cumpleaños de Stig con ese magnífico pastel en forma de montaña adornado por 18 velas. Zorionak, Stig! Y muchas gracias por animarnos a materializar esta idea alocada, como dice Xabi Inziarte, uno de los participantes: “Ideia zoro batek, zoro asko bakarrik behar ditu egia bihurtzeko”.
La cuadrilla de locos fuimos:
Escaladores: Stig, Juancar, Mariano, Josetxo, Mikel, Iñaki, Xabier, Raul, Pablo, Quim, Xabi Garde, Eneko, Imanol, Dani, Jon, Sergio, Juanfer, Rober y Josu.
Fotógrafos: Amu, Pablo, Elena, Txema, Garbiñe y Rafa.
Eskerrik asko a todos y al Club Vasco de Camping. ¿Para cuándo la próxima «locura»?